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“MICROBICHOS”

Queridos lectores de Transforma-T, esta es la última publicación de este primer mes en el bloque de cosmética, por lo que he decidido hablar de algo bastante importante a la hora de usar cualquier tipo de producto cosmético o de cuidado personal: “MICROBICHOS”.

Cualquier persona, al usar productos que puedan tener algún efecto sobre el cuerpo, debe tener en cuenta que existen unos minúsculos habitantes en él y, no os dejéis engañar por su pequeño tamaño, porque algunos tienen funciones de gran relevancia en nuestro cuerpo. Estos habitantes de los que hablo son las bacterias que, en este caso, se denominan flora bacteriana.

Os asombraría pensar en cuantos lugares de nuestro cuerpo existen bacterias, y, además, con papeles fundamentales como barrera primaria de defensa, en la digestión… Para que no os quedéis con la duda, os comento los principales lugares en los que se encuentran estas bacterias y las funciones que desempeñan:

Flora intestinal: así se llama al conjunto de bacterias que habitan en nuestro intestino. Seguro que habréis oído hablar de ella en anuncios de productos alimenticios, ya que intervienen en la absorción de algunos nutrientes, síntesis de compuestos, producción de gases, evitan el desarrollo de enfermedades, degradación de algunos polisacáridos. Algunas de las especies más relevantes son Escherichia coli y las del género Lactobacillus. Estas dos últimas usan el oxígeno en su metabolismo, y de este modo, crean un ambiente anaerobio (sin oxígeno) que permite el crecimiento de otro tipo de bacterias anaerobias como Eubacteria, Bifidobacteria

Imagen del intestino

Imaginaos la cantidad de bacterias, organismos microscópicos del orden de micrómetros, que pueden existir en un tubo (intestino delgado) de unos 5 a 7 metros de longitud… Para que os lo imaginéis: ¡1 metro equivale a 1.000.000 micrómetros!

Algo que no podía faltar en este post es un dato para lxs más curiosos sobre la flora intestinal:

¿Sabíais que en otros tipos de animales también existe la flora intestinal? Pero es que, además, en ellos cumplen papeles mucho más relevantes que en nosotros… ¡Prácticamente su alimentación depende de estos “microbichos”! En animales como las vacas, la flora intestinal cumple un papel fundamental en la digestión de la celulosa, molécula de vegetales. En insectos como las termitas, la flora bacteriana permite la digestión de la madera.

Flora cutánea: son la comunidad bacteriana formada por todos los microorganismos que habitan en nuestra piel. Tienen funciones cómo la protección, ya que forman parte de la barrera primaria de defensa del organismo, así como el mantenimiento del pH cutáneo. En nuestra piel predominan los estafilococos.

Foto piel

¡Sí! hasta en la boca existen bacterias, aunque no lo creáis.

Flora bucal: ¡ojo! La flora oral o bucal varía dependiendo del estado de salud. En individuos sanos predominan las bacterias de las clases Bacilli y Gammaproteobacteria. Estas bacterias son fundamentales para mantener un pH adecuado en la cavidad bucal. Cuando este varía se producen condiciones patológicas como las caries.

Foto cavidad oral

En mujeres, encontramos también un conjunto de bacterias que habita en la vagina:

Flora vaginal: en la vagina habitan bacterias que cumplen con una función protectora. Gracias a su metabolismo, producen sustancias que ayudan a mantener el pH ácido vaginal. En este caso, predominan bacterias del género Lactobacillus.

Un segundo dato para lxs más curiosxs es que en un organismo humano adulto hay una cantidad de 48 billones de bacterias, más del número total de células por las que estamos compuestos. ¿No os parece asombroso?

Como podéis ver, existen bacterias en muchísimas partes de nuestro organismo y tienen funciones esenciales. Es por ello que, cuando usamos productos (cosméticos o de cuidado personal por ejemplo) es necesario tener precaución, ya que podrían afectar de manera drástica a estos “microbichos” y generar un conjunto de condiciones no beneficiosas que puedan acabar en una enfermedad.

Os pongo algunos ejemplos para que os hagáis a la idea:

A veces, al usar ciertos productos para la piel encontramos una reacción no deseada: acné. Es posible que este producto haya tenido un efecto negativo sobre nuestra flora cutánea, favoreciendo las infecciones.

Por otro lado, cuando no se tiene una higiene bucal adecuada, se favorece un ambiente ácido en la cavidad bucal. Este ambiente ayuda a la proliferación de otro tipo de bacterias que forman un biofilm, denominado placa bacteriana. Esta placa bacteriana fomenta el desarrollo de caries y otras enfermedades bucodentales.

Otro ejemplo, en el caso de las mujeres, es el uso de ciertos productos para la higiene íntima que puedan modificar la flora vaginal y favorecer el desarrollo de infecciones.

Por último, el uso de antibióticos de amplio espectro, es decir, antibióticos capaces de ejercer su acción sobre un gran rango de tipos bacterianos, también pueden afectar la flora bacteriana del organismo.

Para finalizar, el propósito de este post es hacer visible lo “invisible”, ser conscientes de que hay cosas que no vemos pero que aún así son esenciales para nosotros y, es por esto mismo que hay que cuidarlas. Sin embargo, cuando no estamos seguros de por qué nuestro cuerpo ha reaccionado de una manera distinta a la esperada o no controlamos ciertas situaciones, lo mejor es acudir al médico, ya que son estas personas las que tienen el conocimiento para ayudarnos a mantener un buen estado de salud.

Manuela Giraldo Acosta.

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¡Enserio, no es brujería!

El otro día, mirando vídeos en redes sociales, hubo uno que llamó particularmente mi atención: las uñas de una mujer que estaban pintadas, al tocar el agua, ¡cambiaban de color! ¿Qué clase de “brujería” es esta?

Como “buena futura científica” comencé la investigación…

La primera cuestión que uno se plantea es: ¿Por qué agua?

Resulta, queridos lectores, que la base de esta transformación no es el agua, sino la temperatura de esta. A medida que sube o baja la temperatura del agua con la que se mojan las uñas pintadas con estos esmaltes, la tonalidad va cambiando.

La siguiente pregunta que se podría plantear es: ¿Qué es de lo que están compuestos estos pintauñas que es sensible a la temperatura?

Pues bien, os comento, que existen moléculas, denominadas moléculas termocrómicas, que no son más que moléculas que cambian su color cuando varía la temperatura… Lo digo como si fuera poco, pero en realidad, este asunto tiene tela. El hecho de que estas moléculas tengan esta capacidad, se debe a su estructura química, es decir, a cómo se enlazan los átomos que las componen.

Finalmente, la última pregunta que surgió en mi mente fue: ¿Cómo ocurre este proceso? Y, no sé a vosotros, pero lo primero que se me vino a la cabeza fue un camaleón, así que decidí leer también sobre estos animales. Ya sabéis que toda información que se pueda recopilar es buena, y que “la curiosidad no mató al gato, sino que lo hizo avanzar tanto en el mundo del conocimiento que ya no se veía de lo lejos que llegó”.

Pues me alegra deciros que, los camaleones cambian de color por varios factores, entre los cuales está el cambio de temperatura. Sin embargo, el proceso en estos animales es un poco más complejo que en los productos de los que estamos hablando aquí…

En resumidas cuentas, lo que ocurre es que, cuando las moléculas del esmalte (moléculas termocrómicas) entran en contacto con el agua en un rango de temperatura determinado (más fría o más caliente), se produce un cambio en la conformación de estas moléculas (cambio en la orientación en el espacio de sus enlaces químicos). Este cambio en la disposición espacial, lo que permite es que absorba un determinado rango de luz, distinto al que absorbía antes del cambio de temperatura. De este modo, nosotros en un primer momento vemos un color, y después otro. ¡Ojo! La luz que absorbe la molécula no es la que nosotros vemos, sino que nosotros vemos justo la que no absorbe (luz del espectro visible). ¿No os resulta interesante?

Sinceramente, este proceso es un poco complejo, pero apasionante… Sólo hay que tener muchas ganas de conocer cosas nuevas.

Para ir acabando, si habéis leído otros de los posts de Transforma-T, sabréis que me gusta incluir un “dato para lxs más curiosxs”…

¡Pues aquí va!

Además de las moléculas termocrómicas, existen otras moléculas que cambian de color pero por otros factores que no son la temperatura. Entre ellas destacan moléculas que cambian de color en función de la luz, y se denominan cromóforos. Aunque sean palabras que puede que no hayáis visto nunca, las moléculas las tenéis muy cerca, más de lo que pensáis. En vegetales, existen cromóforos que forman parte de los pigmentos que dan color a las plantas.

Como siempre digo, la química y la bioquímica pueden ayudarnos a resolver muchas cuestiones de nuestra vida diaria y, lo que es más importante, a llegar al sitio donde está ese famoso gato tan curioso o, incluso, más lejos de lo que él llegó.

Manuela Giraldo Acosta.

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¿Waterqué?

¿Waterproof? ¿Eso qué es?

¿Cómo es posible que este maquillaje le haga frente al agua? ¿Qué es lo que permite que después de un baño en la playa sigamos igual que al salir de casa?

Desde antes de lo que pensamos, existe una línea de cosméticos denominados “Cosméticos Waterproof”. Para quien no lo haya oído nunca, este tipo de cosméticos son resistentes al agua y es el que usan, por ejemplo, lxs nadadorxs de natación sincronizada, para poder competir sin tener que preocuparse de su look. Existen desde productos para el rostro, labios, pestañas, cejas…

Para que tengáis una idea general, empezaremos con conceptos básicos:

El agua es una molécula compuesta por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, sí, el famoso H2O que la mayoría habréis visto por ahí, escrito en algún lado. Esta molécula tiene características como las siguientes:

Molécula de agua

– En condiciones normales de temperatura (25ºC) y presión (1 atmósfera), se encuentra como un líquido.

Incolora, insípida (sin sabor), inodora (sin olor).

Termorreguladora.

– Se usa como disolvente, característica fundamental para el tema que vamos a abordar en este post.

Como hemos comentado, el hecho de que el agua sea un disolvente universal es un factor clave en este tema, ya que las sustancias que se van a disolver en el agua se denominan “sustancias hidrofílicas”, y por lo tanto, no serán resistentes al agua. Sin embargo, también existen otro tipo de sustancias que se denominan “sustancias hidrofóbicas”.

¡He aquí el kit de la cuestión! Estas sustancias no se disuelven en agua, son “resistentes” al agua, o Waterproof.

La base de los cosméticos Waterproof son dichas sustancias hidrofóbicas que, para que les pongáis cara, vamos a nombrar algunas: cera de abejas, ceras vegetales, mantecas vegetales, siliconas, resinas… Todas ellas trabajan en conjunto para que el agua no nos juegue malas pasadas.

Cera de abeja
Cera vegetal

Un dato para lxs más curiosxs: en la naturaleza existe una gran cantidad de “sustancias Waterproof”.

– Los vegetales presentan determinadas ceras que segregan en órganos como hojas y que los protegen de la desecación.

– En hongos encontramos sustancias como la quitina, formando la pared celular.

Molécula de quitina

– Hay animales, como las abejas, que producen ceras animales o los artrópodos presentan quitina en el exterior de su cuerpo como revestimiento.

Una vez más, la química y la bioquímica vuelven a resolver nuestras presumidas dudas.

Manuela Giraldo Acosta